Tengo abierta una herida
por donde respira la tristeza
en forma de poesía,
en forma, también de tu ceniza;
(en negrita).
Solamente "nosotros" podemos vivir la amargura,
de caminar sobre ideas que se desvanecen
o crear estancias donde pueda poseerte (puntos suspensivos)
o inventar un verano inmenso; con un beso más inmenso todavía.
No hay nada más vacío que los ojos de mi madre
cuando me reclama un espacio para ella
en mi vida, que ya no es mia.
Entre el internodio de mi alma y la tuya
está el vacío enorme de mi poesía,
esa pasión diáfana
que se abre espacios para ver la luz
en un destello de tinta;
como un reflejo inexacto de la vida.
Termino mi aparente muerte
lenta como el nacimiento de las amapolas,
como quien se resiste a la vida,
como la agonía de un sueño que reniega de despertar,
como una daga que no se decide a degollar.
Esto es poesía sin sentido.