sábado, 20 de marzo de 2010

POEMA EN FORMA DEL VACÍO


Tengo abierta una herida
por donde respira la tristeza
en forma de poesía,
en forma, también de tu ceniza;
(en negrita).

Solamente "nosotros" podemos vivir la amargura,
de caminar sobre ideas que se desvanecen
o crear estancias donde pueda poseerte (puntos suspensivos)
o inventar un verano inmenso; con un beso más inmenso todavía.

No hay nada más vacío que los ojos de mi madre
cuando me reclama un espacio para ella
en mi vida, que ya no es mia.

Entre el internodio de mi alma y la tuya
está el vacío enorme de mi poesía,
esa pasión diáfana
que se abre espacios para ver la luz
en un destello de tinta;
como un reflejo inexacto de la vida.

Termino mi aparente muerte
lenta como el nacimiento de las amapolas,
como quien se resiste a la vida,
como la agonía de un sueño que reniega de despertar,
como una daga que no se decide a degollar.

Esto es poesía sin sentido.

LA CASA VACÍA. Manuel Scorza.

Voy a la casa donde no viviremos
a mirar los muros que no se levantarán.

Paseo las estancias
y abro las ventanas
para que entre el Tiempo de Ayer envejecido.

¡Si vieras!
Entre las buganvillas
cansadamente juegan
los hijos que jamás tendremos.

Yo los miro. Ellos me miran.
Mi corazón humea.
Éste es el sitio
donde mi corazón humea.

Y a esta hora,
en el balcón, callada,
yo sé que tú también te mueres
y piensas en mí hasta ensangrentarte,
Yo también pienso en ti.

Óyeme donde estés:
por esta herida no sale sólo sangre:
me salgo yo.