domingo, 21 de febrero de 2010

CAMINO DE SOMBRAS


Oigo el aullido del lobo

el sonido se desliza por este oído que va junto al suelo

puedo escucharlo también por este ojo tuerto

y por este ala de noche

donde a veces llueves para fornicar.


Rimbaud, Rimbaud, Rimbaud...


Y esta esperanza negra de latidos

latidos espesos, engrasados, espesos;

no te dejan esparcir con el viento,

para cumplir tu ciclo de hoja.


Manantial de momentos para no pedir la cuenta

y contar, más bien, los segundos sin tiempo,

para no reconocer a los regordetes hijos de tu jefe

y comerlos desde dentro.


Nunca debes enterarte que, tu hermana me mantiene.